
Pasos:
- Enlista tus pertenencias. Puede parecer básico, pero no siempre sabemos bien a bien qué es lo que poseemos e incluso puede sorprendernos lo mucho que tenemos. Pueden venirte a la mente terrenos, vehículos y cuentas bancarias, pero puedes considerar también accesorios personales, el álbum fotográfico y hasta las mascotas. El punto es que hay posesiones que más allá del valor económico pueden poseer un valor especial para los miembros de la familia y que también puedes tomar en cuenta.
- ¿Quiénes serán tus herederos? Por ley, tus hijas, hijos, madre, padre o cónyuge son tus principales beneficiarios, sin embargo, puedes agregar a otros familiares o amistades a tu lista, e incluso, podrías hacer donaciones a organizaciones de la sociedad civil.
- Reflexiona sobre las personas que serán tus herederas. Decidir cómo distribuir tus bienes puede llegar a ser bastante difícil. No obstante, toma en cuenta que más adelante puedes cambiar de opinión, modificar tu testamento y hacer los ajustes que consideres pertinentes.
- Elige a tu albacea y tutor. Necesitarás un albacea que haga cumplir tu última voluntad. Si ante un imprevisto decides heredar en tus hijos menores de edad o incapaces jurídicamente, tendrás que designar a un tutor que se encargue de la custodia. Ambos, albacea y tutor, deben ser personas honestas y de tu entera confianza.
- Claridad ante todo. No omitas ningún detalle. Es importante que al momento de redactar tu testamento especifiques todo con claridad y sin ambigüedades para evitar malentendidos.
- Dale validez al documento. Cuando tengas listo el sentido en el que redactarás tu testamento acude con un notario público para que lo formalice y tenga validez.