
Marc Randolph, fundador de Netflix.
- Emprender no va de tener una idea, sino cientos: desarróllalas y saca conclusiones. Diseña un sistema para testar las que acaban siendo malas, que serán la mayoría. Innova y valida a través de experimentos simples y baratos. Fracasa para ir mejorando ese sistema y corrígelo introduciendo los ajustes necesarios para construir tu modelo de negocio.
- Enamórate de tu proyecto y envuélvelo con pasión. Una mala idea con una persona increíble puede volverse algo grande. Prefiero trabajar con ese tipo de persona. He invertido en campos de futuro como robótica, inteligencia artificial o blockchain y me sigo reafirmando en que lo importante es el líder disciplinado y creativo para navegar los cambios.
- Deja de sobrepensar, lánzate y actúa. Si dos cosas funcionan, arranca y perfecciona con la práctica y sobre la marcha. Netflix comenzó con dos millones de dólares, 12 personas y una web básica. En algo más de un año se lanzó al mercado. No seas arrogante porque nunca tendrás todas las respuestas antes de iniciar un negocio. Insiste, sé optimista y mantén siempre la ilusión. Rodéate de buen talento y no te rindas aunque tu proyecto no salga o no gane a la primera. Hay que caer y levantarse todas las veces.
- Experimenta de manera sencilla. Comienza con planteamientos fáciles. La innovación no tiene por qué ser compleja, ni siquiera original. Amazon empezó vendiendo libros y, un trozo de papel como el post-it, ha vendido miles de millones. No te desmorones ante las dificultades. Emprender requiere fondo. Cuando Hastings era consejero delegado en Pure Software y yo era un directivo e íbamos juntos a la oficina, discutíamos ideas que yo le proponía. La mayoría nunca vieron la luz. Entre ellas, artículos deportivos personalizados, champú bajo suscripción o comida para perros por internet.
- Haz coincidir tu idea con las personas. Busca un problema que les afecte o complique y piensa cómo cambiarlo. Para ello es necesario que vivas pegado al mercado, dado que vivimos en un mundo que cambia a gran velocidad.
- Mejora lo que no funcione. Otra forma de emprender pasa por mejorar o actualizar la idea de otro que está funcionando, porque en algún momento dejará de hacerlo. Ni Hastings ni yo nos planteamos jamás levantar una gran empresa, sino mejorar “simplemente” la estrategia del alquiler de vídeos. Observa y sé capaz de anticiparte a lo que viene.
- Ve ligero, no te disperses y prioriza. Olvídate de ser consejero delegado antes de descubrir qué quieres hacer. No dejes tu trabajo, no alquiles una oficina, no contrates gente, ni pagues a nadie. No gastes dinero y te sorprenderá cuánto puedes lograr hoy sin gastar nada. Actualmente ayudo a una empresa con ocho meses de trayectoria. Nadie ha cobrado, todos trabajan en su tiempo libre y van a esperar a levantar dinero hasta que tengan algo que realmente funcione. Esa es la forma inteligente de empezar. Tampoco te disperses. Aprende a priorizar. Escucho infinidad de breves presentaciones (pitches). Muchas veces hay ideas excelentes, pero sé que las van a arruinar por estos motivos.
- Persevera, confía en ti y gestiona el riesgo. Levantar una empresa está indicado para aquellos que poseen el don de la perseverancia y confían en sí mismos sabiendo surfear a todo el que diga que no va a funcionar. Aunque muchas veces tendrán razón, uno debe tener claro que lo logrará. También debe saber gestionar su tolerancia al riesgo. No al riesgo temerario, sino al riesgo de empezar algo sin saber qué hay al otro lado, de hacer algo sin tener garantizado el resultado.
- Ten muy presente la gestión de personas cuando empiece a funcionar tu empresa. Es fundamental tener a la gente idónea en el puesto correcto y asegurarse de que tengan la información necesaria para tomar decisiones acertadas. Nada de tomar decisiones por ellos, ni de revisarlas.
- Reinvéntate constantemente. No sabes quién va a venir a por ti. No dudes de que siempre habrá alguien que te atacará en lo que haces mal, no en lo que haces bien. Si no te reinventas, lo harán por ti. En el caso de Netflix, un puñado de personas, sin experiencia en el sector del vídeo, tumbaron a un gigante multimillonario como Blockbuster.