Cómo escapar de arenas movedizas

- No te apaniques. Mantén la calma. Debido a que tu cuerpo es menos denso que la arena movediza, no te puedes hundir por completo, a menos que entres en pánico y luches demasiado o que te hundas por algo pesado.
- No pidas que te saquen. Solo podrán liberar tu mitad superior ya que la presión requerida para sacarte es la misma fuerza que necesitas para levantar un coche pequeño.
- Libérate de cualquier peso extra que puedas.
- Intenta hacer pequeños movimientos hacia adelante y hacia atrás con las piernas, lo que debería aflojar la arena a tu alrededor. Deshazte de los zapatos si es necesario.
- Si no estás muy hundido, prueba a tumbarte boca arriba. Cuanto más distribuyas tu peso por la superficie, más difícil resultará que te hundas. Una vez estés recostado, trata de sacar primero una pierna y después la otra, pero muy lentamente.
- Otra opción en lugar de tumbarte de espaldas es —si tienes acceso a un terreno más firme— inclinarte hacia delante y arrastrarte para liberarte mientras das suaves patadas con las piernas.
- Una vez en tierra firme, aléjate de las arenas movedizas rodando y habrás salido de la pegajosa situación.
- Finalmente, nunca entres en territorio de arenas movedizas sin un palo o una pértiga. Te permite explorar donde vas a pisar y si ya estás adentro, puedes apoyar la pértiga en la superficie de las arenas movedizas, aliviar tu peso y salir lentamente.