De seguro has escuchado que una copita de vino es saludable, que hace liberar endorfinas, o incluso, que ayuda al corazón de una u otra manera.
Hoy vengo a decirte que cualquier cantidad de alcohol, por mínima que sea, es perjudicial para la salud.
En 2021, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer clasificó al alcohol como una sustancia tóxica, psicoactiva, que produce dependencia y lo colocó en el grupo 1 de carcinógenos, ligado a 7 tipos de cáncer: oral, de faringe, esófago, hígado, páncreas, colorrectal y mama.
Por otra parte, un estudio realizado por médicos de la Organización Mundial de la Salud y publicado en 2023 en la prestigiosa revista The Lancet estableció que no hay una cantidad segura de alcohol que no afecte la salud y que a la fecha no hay ningún estudio que demuestre que existe un umbral a partir del cual no se manifiesten los potenciales efectos carcinógenos del alcohol. Dicho de otra manera, entre menos consumo, mejor.
Además, la Comisión Europea advierte que incluso un consumo regular y moderado (y quiero hacer énfasis en estos dos conceptos) regular y moderado de alcohol aumenta el riesgo a largo plazo de sufrir cardiopatías, enfermedades hepáticas y cáncer.
Y ¿qué es un consumo regular y moderado? Regular, al menos tres o cuatro veces por semana. Moderado, tan poquito como 10 g de alcohol. Esto es, media cerveza, media copa de vino, medio caballito de tequila o un dedo de ginebra en el Dry Martini de James Bond, agitado, no mezclado. Pero ¿Cuántas personas piensan que una cerveza en la comida es inofensiva? ¿Cuántas acostumbran una copita de vino por las tardes?
En una cena de año nuevo se me ocurrió comentar algo de esto mientras se servían los brindis. Nunca lo hubiera hecho. De inmediato alguien dijo que los cardiólogos recomiendan el vino tino, otra persona dijo que contenía resveratrol y flavonoides. No faltó quien dijera que una copita es un buen digestivo, y alguien incluso comentó que el vino tinto ¡no contenía alcohol!.
Hay muchos mitos y malos entendidos que es necesario desmontar:
Primero, The American Heart Association (la asociación de cardiología americana) aclara en su página web que el consumo óptimo de alcohol es cero, que las personas menores de 21 años no deben consumir alcohol, por supuesto, tampoco las mujeres embarazadas o que busquen embarazarse y quienes tomen medicamentos contraindicados. Que incluso el consumo moderado puede incrementar la presión sanguínea y que no existen estudios que demuestren una relación entre consumo de vino tinto y mejor salud cardiaca. También hace patente el aumento de cardiopatías asociadas al consumo de bebidas alcohólicas.
Por otra parte, si bien es cierto que el vino tinto contiene flavonoides y resveratrol, que son compuestos vegetales polifenólicos con propiedades antioxidantes, The American Society for Nutrition aclara que el alcohol potencia la liberación de radicales libres e incrementa el estrés oxidativo y recomienda a aquellos preocupados por sus requerimientos de polifenoles que obtengan estos nutrientes de otras fuentes, principalmente frutas y verduras de color rojo u oscuro, como fresas, arándanos, betabel, granadas, manzana roja, mandarina, papaya, moras, higos, y un largo etcétera.
Respecto a la fama de digestivo que acompaña al alcohol, es cierto que acelera el metabolismo, y con ello la digestión, pero también lo es que es tóxico para los enterocitos, las células que absorben los nutrientes en el intestino delgado. En marzo de este año, se publicó un estudio en la revista especializada Alcohol Research Current Reviews que encuentra que el consumo regular de alcohol ataca la barrera intestinal la cual reacciona aumentando el espesor de su mucosidad, lo que disminuye la absorción de nutrientes junto con la microbiota simbiótica, aumentando la población bacteriana que provoca inflamación sistémica, todo lo cual contribuye a ciertas patologias crónicas como la enfermedad hepática alcohólica o la inflamación colorrectal.
No podemos negar que el agua de un charco a mitad de calle hidrata, pero creo que todos trataríamos de evitar tomarla para aplacar la sed porque los beneficios de hacerlo son más que contrarrestados por los riesgos y potenciales daños.
Dejemos de normalizar el consumo de alcohol. El slogan "Bebe con moderación" ya es en sí un exceso. Si eres consumidor, te invito a que disminuyas la ingesta. Y sobre todo, no incentives con tu ejemplo, en particular a los más jóvenes, a consumirlo. Es una buena idea no tomar alcohol. Considérala. Quizá tu yo del futuro te lo agradezca.
Te regreso el uso de la palabra, evaluador general.