lunes, 14 de abril de 2025

Brisa Blanca

Cae el pétalo,
y en su leve caída
veo tu paso.

Tarde de brisa —
el sol da en el rincón
donde dormías.

Brota el cerezo —
la vida continúa
sin preguntar.

Pasan las nubes,
y el mundo sigue igual…
menos mi pecho.

Flores brotando —
donde ella se acurrucaba,
olor a durazno.

Abro la ventana,
entra el canto del mirlo…
pero ella no salta.

Brisa de abril,
el cojín en su sitio,
y tan vacío.

En la penumbra,
parece que regresa
el ronroneo.

Garras pequeñas
marcaron mi pecho—
bajo la piel.

La primavera avanza,
y yo sigo llamándote
al dar las nueve.

Maúlla el alma,
pero no hay quien responda —
se enfría el té.

Sus pasos tenues
ya no cruzan mis sueños.
La noche pesa.

Sobre mi pecho
solía dormitar —
quedó el hueco.

La flor del ciruelo
cayó sin despedida.
Así partiste.

Bajo la lámpara,
aún guardo un leve pelo —
luz que no muere.

Sobre el libro,
ya no cae su sombra —
silencio blanco.

Pantalla y luna,
junto a mi teclado
ya no se acuesta.

Brisa de primavera,
la almohada más tibia
se ha desvanecido.

Contra la negra noche
se hace presente tu ausencia.
Sombra blanca.