
En 1993, la psicóloga Frances Rauscher de la Universidad de California publicó su investigación Music and Spatial Task Performance en la revista Nature, en la cual encontró que la exposición de 36 estudiantes durante 10 minutos a la Sonata para dos pianos en re mayor (KV 448/375a) de Mozart tenía efectos positivos en las pruebas de razonamiento espacio temporal. Este efecto duraba unos 10 minutos.
Casi dos décadas después, en 2010, los científicos Jacob Pietschnig, Voracek Martin y Anton Forman del Instituto de Investigación Básica Psicológica de la Universidad de Viena, publicaron en la prestigiosa revista Intelligence que las sonatas de Mozart son agradables para el oído, pero que la creencia de que potencia la inteligencia de los niños es falsa.