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domingo, 11 de agosto de 2024

Decálogo del Buen Dueño de Señor Perro

En las buenas y en las malas. Cuando un cachorro llega a tu vida tienes que ser consciente de la responsabilidad que has aceptado. Él estará ahí para acompañarte, jugar contigo y amarte, pero el compromiso es mutuo. Implica cuidar de él, darle comida, ejercicio, cariño y ocuparte de que recupere la salud cuando esté enfermo.

Educa a Señor Perro. Es tu responsabilidad conseguir que sea un perro equilibrado. Invierte tiempo y paciencia en educarle para que sepa estar con otros perros y con niños, para que no sufra ansiedad cuando se queda solo (y ladre y moleste a tus vecinos), para que pueda estar tranquilo en sitios públicos, para que venga cuando le llamas.

Ejercicio rutinario. Permite que se desfogue y haga ejercicio, para que corra y olfatee a su gusto.

Sé un dueño limpio. Recoge las heces de tu perro. Y eso quiere decir siempre, no sólo cuando hay gente mirando. Evita que haga pis en los escaparates, en los portales o en sitios donde pueda molestar. Él no sabe distinguir, tú sí.

Comida y agua limpia. Fácil de hacer, fácil de olvidar. Señor Perro bebe agua siempre, no sólo cuando llega la hora de la comida. Cuida su alimentación para evitar problemas de salud: el alimento en la cantidad recomendada. La obesidad está empezando a ser un problema entre los perros.

Identificación. Señor Perro deben portar su identificación de manera visible. Así, si se despista podrá reunirse contigo cuanto antes.

Cuidados veterinarios siempre. Tu perro necesita ser desparasitado tanto externa como internamente con regularidad. Y también necesita que estés al pendiente de sus vacunas y refuerzos, así como de sus revisiones rutinarias médicas y de limpieza, como corte de uñas, limpieza de dientes, pelo, etc.

Esterilización. Hay tantísimos cachorros que nadie quiere, esperando su oportunidad, miles de ellos no la encontrarán. Si no vas a criar, la opción más responsable es esterilizar. Evitas enfermedades, comportamientos difíciles de controlar, reduces su  riesgo de tumores y de problemas de próstata, reduces la agresividad y la compulsión por marcar su territorio.

Hasta el final. Se hará mayor, es inevitable. En el caso de que enferme y tengas que tomar la difícil decisión de despedirte de Señor Perro para siempre, por muy duro que resulte, tu perro te agradecerá que le acompañes hasta el final. Si ha sido tu fiel compañero, intenta estar a su altura y no dejes que le pongan una inyección sin que tú puedas acariciarle.