
Y el cerebro creó al hombre.
—Antonio Damasio.
Herminia Pasantes Ordóñez. Instituto de Fisiología Celular. UNAM. Investigadora Emérita. Aprendemos Juntos. 2024.
- La pareja. Lo más importante para trabajar en investigación no es tanto a dónde se van a ir de postdoc, sino con quién van a formar pareja. Tiene que ser alguien que esté orgulloso del trabajo de la mujer, que entienda que la mujer tiene derecho a un desarrollo individual. Y si es investigadora, tiene que estar encantado y orgulloso de su mujer.
- La maternidad. Si la mujer investigadora quiere tener hijos, tiene que aceptar que la biología manda y que cuando tienes un niño, lo único que te importa es si el niño respira, si come bien, si orina bien, eso es lo único. Y el cerebro no te deja tiempo para revisar las publicaciones, porque tu cabeza está asumiendo esa gran responsabilidad que es la maternidad. Asimilen y piensen que su investigación se va a retrasar, pero que en ese momento estén tranquilas, no tengan ansiedad, no tengan culpa, dediquense al hijo y el trabajo queda en segundo lugar.
- Igualdad. Las mujeres no aportamos ni más ni menos que los hombres a la ciencia. La ciencia es una actividad intelectual exclusivamente y no hay ninguna diferencia. Las mujeres aportamos a la ciencia igual que los hombres.
- La creatividad. La red de la creatividad es una a través de la cual el individuo tiene pensamientos deshilvanados, cómo piensa en él mismo y su lugar en el mundo. Y la red ejecutiva de atención es la que nos hace estar atentos al entorno y las circunstancias. Y cuando esa red de atención ejecutiva está activa, la de creatividad está inhibida. Entonces, esa red de la creatividad está activa cuando no estamos haciendo nada, nada. Esto confirma lo del famoso mito de la regadera, que cuando uno está en la regadera se le ocurren cosas maravillosas, porque uno no está pensando, uno está libre, el pensamiento es libre. Y entonces, se ocurren ideas.
- Las pantallas. Bueno, el problema ahora es que ya nadie inhibe la red de atención. Todo el mundo está con la vista en el teléfono. Ya nadie está sentado, papando moscas, sin hacer nada. No, entonces ya nadie deja actuar a la red de la creatividad. Traten de divagar, dejen su mente libre, van a ver los resultados muy pronto. Esa red es hermosa.
- Las caricias. Las defensas inmunológicas bajan cuando las personas están en una condición de tristeza, de estrés. Y la oxitocina, es una gran solución, y ¿cómo podemos activar la oxitocina? tocarse, tocarse. El contacto físico es importante. Por eso, a los enamorados les gusta tocarse. Cuando la madre está amamantando al niño, tiene el contacto, la piel con la piel. Acarícense, acérquense, no se inhiban. Se sentirán más felicies y se enfermarán menos.
- La adolescencia. Los jóvenes son lábiles y son frágiles. Y a eso súmenle la inmadurez de su cerebro. Justamente la corteza prefrontal es la última que madura, es la última que aparece en la evolución, es la última que se forma durante el desarrollo embrionario. Es la parte más racional del cerebro. Bueno, pues, esa zona no ha madurado en los adolescentes. Y madura como hasta los 23 o los 24 años. ¿Y qué pasa en esa zona? Control de impulsos, percepción de riesgo y toma de decisiones. Y entonces, hacen locuras. Si tienen vehículos, manejan de manera imprudente. No tienen percepción de riesgo. No controlan impulsos, quieren las cosas en este momento. Y eso los lleva a tomar malas decisiones. La inmadurez de los adolescentes es inmadurez por el cerebro. Y hay que lidiar entre todos con el asunto. Por ejemplo, debía prohibirse absolutamente que los adolescentes se casen. Pues, digo, ¿cómo es posible que se vayan a casar antes de tener el cerebro maduro? Entonces, que esperen, que tengan tranquilidad, que disfruten lo bonito de la adolescencia, pero que no se expongan a riesgos que pueden incluso costarles la vida.